25 ene 2011

L.A.A.N.

Y te vas... de nuevo, a tu mundo interior donde nadie puede afectarte, nadie puede entrar para hacerte ver tus derrotas, tus miedos, tus errores. Pides respeto, el respeto que tu mismo te niegas a calibrar; nivelando una realidad paralela a tu propia idea de lo que es respetar; olvidando aquellas promesas que creías hacerme, olvidando el pasado que censuras; sin tener en cuenta que la gente te importa...Dejas de lado todo lo que piensas, negándote a darte una oportunidad que sabes que no mereces. Pides respeto decidiendo un final que ni tu mismo quieres; sabes de antemano todos los errores que te quedan aún por cometer... Pides respeto de las risas a través del engaño que cometes no sólo a los demás... Te enorgullece saber que tu tristeza se agranda a medida que crece tu indiferencia, conoces cada parte de lo que no eres, te jactas de lo poco que te conoces, saboreando cada mirada a tu pobre y solitario corazón engañado... Pides respeto por el cariño que deposité en cada una de tus mentiras, por las decepciones que consideras justas y las ofensas que merecen el aplauso de un limitado esbozo de sonrisa. Sientes que puedes pedir respeto de haberte acostado cada noche con una "loca" que emborrachaba tu sentido común y trasformaba tu decencia en platos decadentes de alimentos caducados... Pide respeto, tú que puedes, para que la vida que estás creando siga por ese buen camino lleno de recuerdos que descansan en sólidas nubes de niebla... Y siente cada poro de tu sucia piel cómo se retuerce en la alegría que está descubriendo el alma que estás aceptando cada día; ten la valentía de creer esas falacias turbias con cada persona que te ha querido, cada amigo cercano y pídeles tu derecho al respeto. Ya que estás, si quieres, también puedes pedir explicaciones.


QUERIDO AMIGO:
Adiós.

No hay comentarios: